Como se des/madra una lámpara ecuatoriana
Gracias a una simpatía voluntariosa, la lectura de poetas ecuatorianos y ecuatorianas contemporáneos, ha convocado una serie de consultas paralelas, una búsqueda minuciosa de textos históricos, científicos, lingüísticos, geográficos, antropológicos que acompañen el discurso poético de la última década, para entender mejor esta producción instalada de altísima calidad que tenemos la suerte de ver difundida gracias a variadas editoriales latinoamericanas y españolas.
Hasta hace 10 años difícilmente se hubiera podido disfrutar de este privilegio de leer poesía proveniente de una construcción, académica, reflexiva, estética, dialogante con su canon y nuevas vertientes, como están produciendo en la actualidad las voces ecuatorianas, las que se han venido posicionando de una forma suave, cadente, elegante, pero contundente. En este caso, me he ocupado con algo de diligencia de Yuliana Ortiz Ruano (Cuaderno del Imposible retorno a la Pangea) y Mónica Ojeda (Historia de la leche). Vale mencionar que he estado muy atenta a la exquisita producción de poesía ecuatoriana, porque la epifanía telúrica de reconocer en Juan Jo Rodinás, María Auxiliadora Balladares y Juan Romero Vinueza una propulsión magnetofónica de sus intenciones político/lingüísticas en la región, era un deber ineludible como lectora.
Si bien es cierto la proliferación de editoriales independientes es un fenómeno que nos ha permitido al público lector conocernos unos a otros, no ha impedido que el exceso haga una malla nebulosa en la oferta, y que se necesitara mucho ahínco y tesón para dilucidar quiénes estaban formando el magma volcánico representativo de su grupo/nación. Muchas veces malacostumbrados por los grandes fuegos artificiales, esperábamos a los autores más reconocidos, ganadores de premios y con acceso a las grandes casas editoras, de México, Argentina o España, casi siempre recomendados por la crítica efectista. El fenómeno de Ecuador me parece que es sui generis y sobre todo un anti modelo de mucha calidad, permitiendo presupuestos lingüísticos hacia el resto de Hispanoamérica que vale la pena resaltar y consolidar como una lámpara a los pies y a la cabeza de quienes estamos interesados en la literatura.
En estas lecturas de soporte encontré que los ecuatorianos, como todos los demás suramericanos, tienen sus “rarismos”, modismos, particularidades en su variante del español, que les ha permitido enfocar la producción lírica de una manera más intensa dentro la estructura poética.
Cito: el ecuatoriano no llama la atención, “es lámpara” y el ecuatoriano no se esfuerza se “des/madre”. Estas dos formas de usar frases que pueden ser interpretadas con similitud, pero que desvían semióticamente en otras variantes de comunidades de habla hispana, ha provocado esta profunda reflexión sobre estas dos autoras, ambas con un claro interés en la relación dialectal, biológica, geográfica, genérica, entre progenitora y fruta (fruta = femenino de fruto, resultado de un proceso fotosintético prolongado en un vegetal que produce su más alta consecuencia después de una operación bio/orgánica y químicamente). En buen ecuatoriano: Madre e hija o creador/creación. (Creadora=criatura).
En México, el verbo desmadrar, que es el que se ha impuesto en la comunión popular del lenguaje, pretende otras significaciones, lo aclaro, con el fin de no caer en el facilismo, de abrir un encuentro semiótico importante entre paradigmas y optar por la interpretación más conocida.
La RAE tiene varias definiciones para desmadrar.1. tr. Separar de la madre las crías del ganado para que no mamen. 2. tr. Méx. Lastimar físicamente. U. t. 3. prnl. coloq. Conducirse sin respeto ni medida, hasta el punto de perder la mesura y la dignidad. 4. prnl. Col. Dicho de una hembra: Sufrir el descendimiento patológico de la matriz. 5. prnl. El Salv. Tener una caída ruidosa o un accidente con grave daño físico.
Pero no tiene la ecuatoriana. El des/madre ecuatoriano según el diccionario de rarismos, es esfuerzo. Y formidable el ejercicio que Ojeda y Ortiz Ruano hacen en estos poemarios.
En este texto, no voy a interpretar con minuciosidad estos magníficos textos, solo pretendo ser “lámpara”, en el sentido ecuatoriano sobre lo que está sucediendo con el lirismo umbilical del ecuador y lo que se está moviendo en la fibra subliminal y elaborada de la palabra.
Cito de “Madre o el retrato de lo Insular”
Madre sentada al pie de la cama
Una Isla pensando en otra Isla. Nacer sobre una tierra que se parte eso es llevar el apellido materno. Como un cargamento de liebres que al caer al mar vuelan mantarrayas. He pensado siempre en una sonrisa de madre como una abertura en un cartílago sin nombre. Pronuncio su nombre en el idioma de los erizos de mar, único vínculo entre sus vísceras y mi lengua, para preguntar la caída del imperio inexistente.
Hablar es hacer territorio insular sobre la cama, hablar es gestar un volcán dentro de la nueva isla inserta en el mar como un ojo devorable.
Madre abre la boca, Limones se hace y rehace en una impecable construcción de génesis éxodo y apocalipsis….
De Cuaderno del Imposible Retorno a Pangea. Yuliana Ortiz Ruano.
Para muestra de la capacidad volcánica del espíritu poético, este fragmento del libro citado.
Y
“Nuestra madre Leía fantasmas completos a la noche”
Intrigadas por sus pies enterrados a los globos de Saturno, buscamos el significado del abismo
1./Profundidad grande, imponente y peligrosa, como la de los mares, la de un tajo, la de una sima
2./realidad inmaterial inmensa, insondable o incomprensible
3./ Diferencia inmensa
4./m, p, us. Infierno (lugar de castigo eterno)
-El problema esencial – dijiste-es que la muerte sea una planicie habitada por fantasmas completos que significan entre sí.
Nuestra madre recitaba pasajes del libro de los abismos ansiando un sencillo acontecer> la magia. Un evento clásico del interior.
Mientras tanto me pedias en sueños que arrojara tu cadáver a los establos porque un caballo jamás pisaría a un muerto
|lo maduro es proyección de descomposición|
Del capítulo Maté a mi hermana Mabel de Historia de la Leche, de Mónica Ojeda.
Sería imposible dedicarme en esta minúscula tarea de lectura a la complejidad de estas dos voces a través de dos de sus libros trabajados con la capacidad de todos los voltios que las lámparas ecuatorianas han podido convocar paraconseguir una poética de luminosa envergadura. Por eso dejo la muestra y quien se anime iluminarse, avanti.
Poesía Ecuatoriana escrita por mujeres. Textos de Yuliana Ortiz Ruano y Mónica Ojeda.
Ortiz Ruano, Yuliana y Mónica Ojeda. Cuaderno del imposible Retorno a Pangea e Historia de la Leche. Editorial libros del cardo. 2021
Ojeda Mónica. Historia de la Leche. (originalmente La Historia de la Leche). Severo Editorial 2019. Candaya, 2020.
Yuliana Ortiz Ruano (Esmeraldas, Ecuador, 1992) es poeta y gestora literaria independiente. Co-editora del blog Cráneo de Pangea. Ha publicado sus poemas en antologías diversas. Ha obtenido el segundo premio del concurso de poesía Paralelo Cero 2017.
Mónica Ojeda es escritora y poeta ecuatoriana. Ha publicado tres novelas y un libro de cuentos que le han merecido el reconocimiento internacional. En 2015 obtuvo el Premio Nacional Desembarco de Poesía Emergente por su poemario El ciclo de las piedras.