Caídas, de Teresa Soto

Caídas, de Teresa Soto

Caídas

Caer en picado, de cabeza, caerse, caer juntos o separados, caer en solitario. Caída hacia abajo con los ojos abiertos, buscando la sequedad y encontrando fuerza en el dolor del hundimiento. ¿Caer implica siempre hacerse daño? No forzosamente, nos dice la poesía de Teresa Soto. Caer al suelo, es lo que el lenguaje habitual nos enseña. Pero se puede caer en una tierra seca y acogedora, quizá esponjosa como una cuna extraña, rodeada de hojarasca y larvas llenas de vida.

 Caídas

 

Son muchas las caídas en una existencia, en una mente. A veces solitarias, otras compartidas, llenas de luz. Como en esos nudos entrelazados del poemario del mismo nombre, la voz narradora, plural, se mueve entre cortezas telúricas. 

Caídas que, en sus partes de Oro y Paraíso, son vuelos a la luz, en la luz del tú y el yo, cuerpos y miradas en imperativos suaves que se desmarcan de toda orden, o más bien son órdenes inapelables de la vida. En ellas la ciudad se confunde con el buque, el agua y las mitologías oscuras. Están todos los materiales de la tierra, minerales, vegetales, animales, que se alternan y amalgaman para expresar dolor y regeneración. De lo humano, es el yo y el tú en plurales elocuentes, pronombres y cuerpos que residen en sus partes acercándose al otro. El nosotras como nudos tersos acompañados de sí mismos, en dialogo perpetuo con el espejo. 

Leer Caídas es oler vientos y temores oscuros, tocar texturas que cobijan, nutren y sorprenden. Es acoger la infancia en el presente, el amor en cubos, ventanas, frutas y nubes. Más que caer flotar, más que caer caminar hasta el fondo de las cosas. 

Traducir Nudos, de Teresa Soto, al francés 

Traducir es entrar en una selva agitada y tupida, sin machete y con sandalias. A las espaldas, la mochila intangible de las lenguas, de la propia vida. Ahí entramos (somos dos, casi de la mano). Impresiona la maleza, nos preguntamos cómo vamos a devolver esas trenzas sin confiscarlas, sin desampararlas. Cómo vamos a retornar los trinos y los crujidos, las telas, las maderas, para que otros los disfruten, los entiendan también. “También”, no “igual”. No existen tales gemelos, y eso es un alivio. 

¿Cómo devolver unas sonoridades en otras, unos sentidos en otros, después de atravesar la agitación de las infinitas interpretaciones? Hay que saltar sobre piedras y esquivar ramas después de tocarlas con cariño. ¿Cómo sonarán los latidos en otro ritmo, en otros bosques? Echamos los miedos por la borda de la canoa y nos adentramos con alegría en yerros, aciertos y sorpresas. Y los versos reaparecen después de caminar mucho. Son un poco nuestros. 

La autora explica y recita Caídas aquí 

Soto, Teresa. Caídas, ediciones Incorpore, Barcelona, 2016. 

Soto, Teresa. Nudos, (edición bilingüe español-francés), ediciones Incorpore, próxima publicación.


Teresa Soto (Oviedo, 1982). Es poeta y ha publicado los libros  Un poemario (Rialp, 2008, Premio Adonáis), Erosión en paisaje (Vaso Roto, 2011), Nudos (Arrebato Libros, 2013) y Caídas (incorpore, 2016). Ha vivido en Estados Unidos, Italia, Egipto y Líbano. Vive en Madrid.

Acerca de Deerie Sariols Persson 

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