La maestra de piano, de Janice Y.K. Lee

La maestra de piano, de Janice Y.K. Lee

Más que el amour fou de una maestra inglesa, una aproximación fenomenológica a la psicología colonialista entre británicos y chinos de Hong Kong

Hubo una época, hace unos quince años, en que compraba cualquier libro que se mostrara en una vidriera o mesa de novedades. Costara lo que costara; la condición era que estuviera escrito por una mujer china o tusán y que hablara de sus vínculos con Hong Kong y Macau.

Los libros que cayeron a mis manos fueron muchos, pero ninguno me entristeció hasta la desesperanza y me conmocionó hacia la depresión severa como, La Maestra de piano de Janice Y.K. Lee.

La maestra de piano

La Maestra de piano es una novela que atraviesa muchos aspectos y se estrepita en esa necesidad de juntar en la ficción lo que llamamos fenomenología. El método fenomenológico, propuesto por Edmund Husserl, consiste en examinar todos los contenidos de la conciencia, determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc., suspender la conciencia fenomenológica, de manera tal que resulta posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su pureza. Además de escapar del pandeterminismo sicológico y abrir más posibilidades a lo humano.

Quizás algunos filósofos políticamente correctos abandonen la lectura  sobre mi ensayo en este momento,  porque estoy pecando de exceso de academia  en las intenciones inventivas de Janice Lee, dándole erudición a lo que muchos lectores y críticos han considerado un enorme esfuerzo de la autora, logrando un paisaje  sentimental desde el recuento de las mujeres chinas que han estudiado en Occidente y sacan sus pañuelos blancos de seda bordados con primor de sus bellos baúles de laca china, para secar una lágrima que no termina de mojar.

Si no hubiera vivido en Hong Kong y me redujera a la fomentada idea que contar y ficcionar solo resulta provocador y eficaz después de atravesar las temidas aguas del marxismo, obligando al escritor/a a enfrentarse a todos los ismos estructuralistas para contar historias que retraten un momento histórico crucial sin caer en el melodrama, mejor no seguiría con este texto sobre La maestra de piano.

Pero encuentro una fenomenología en Janice Lee que alcanza un constante y eficaz lavado de conciencia de sus personajes, al extremo que después de terminar la lectura de La maestra de piano, uno sabe que la monumental historia, nunca olvidada, como fuera la invasión japonesa en China, no sólo alcanza lo bélico, los intereses políticos, económicos y religiosos, sino que exprime todas esas esquirlas coyunturales, pero que se deslizan desde el lado menos esperado del campo de batalla. La sangre derramada no se queda en los huesos pobres y famélicos de las fotos sensacionalistas o atraviesa los sampanes mugrientos y malolientes del mar de China hasta los fumaderos de opio, sino que sangran las paredes de las residencias sofisticadas, el espionaje y la traición en los salones glamorosos de la que no parecía tan frágil estructura colonial de la más hermosa colonia británica en oriente: Hong Kong.

La colonia británica fue una joya para los ingleses, su gran valor venía de lo que significaban los territorios estratégicamente situados en la entrada de China. Donde se comenzó el primer gran mercado portuario con Occidente. El té fue un producto sembrado en China, la manzana de la discordia por excelencia, el té era la mercancía más deseada por los ingleses, se sumaron la seda entre otras materias, pero lo que los ingleses ofrecieron a cambio fue el opio.  Cito una breve reseña:

«La Guerra del Opio fue el conflicto que mantuvieron China y Gran Bretaña entre los años 1839 y 1842. El desencadenante del mismo fue la introducción en China de opio cultivado en la India y comercializado por la compañía británica de las Indias Orientales, administradora de la India.

Esta sustancia (una droga estupefaciente) constituía una importante fuente de ingresos para los británicos y servía para equilibrar su balanza de pagos con China al compensar el gasto de las ingentes cantidades de té chino que Gran Bretaña importaba. El comercio del opio fue rechazado y prohibido por el gobierno chino. La puesta en práctica de la abolición recayó sobre el comisionado imperial Lin Zexu.

Lin Zexu. Encargado de vigilar la prohibición del comercio de opio en China y organizador de la resistencia frente a los británicos tras la ruptura de las hostilidades.

Los emisarios enviados por los comerciantes británicos e indios quejándose por el quebranto que tal prohibición causaba a sus intereses decidió a la Corona británica a enviar una flota de guerra que finalmente derrotó a la China.»

La fuente de este último párrafo es un artículo sobre las Guerras de opio que sirve como preámbulo para ilustrar cien años después que, aún la convivencia desarrollada  entre ingleses y chinos en Hong Kong a pesar de su encanto y su identificación con Gran Bretaña, seguía poblada por ciudadanos chinos que bien podían expresarse en inglés, sin embargo  continuaban perteneciendo a sus etnias de origen y tenían los sentimientos y la afectividad  como cualquier otro chino que mantenía marcas tribales y poco occidentales.

El libro de Janice Lee retrata de una forma muy sutil, casi misteriosa, el alma quebrada de los colonos ingleses o portugueses y así mismo hurga en el interior de los pensamientos y escatologías chinas de la upper class de Hong Kong. Toda la construcción de estos personajes se va depurando a medida que avanza la historia para ir construyendo un drama muy particular. Las descripciones en La maestra de piano, no son fáciles, menos previsibles, uno lo empieza a intuir desde el principio porque la autora quiere tocar esas aristas contradictorias que se van puliendo hasta brillar a través de las páginas.

Empezar el primer párrafo con un acto de cleptomanía, es de singular paralelo con lo que fue la presencia británica en Hong Kong. A pesar de todos los tratados firmados sobre la posesión del territorio por un determinado momento y para determinadas situaciones. Los ingleses necesitaban “quedarse” con la joya. Si se pudieran transportar esos hermosos territorios, los ingleses los hubieran escondido en sus maletas y carteras, y ese robo no hubiera significado nada menos que una necesidad de poseer lo que el cleptómano cree que le pertenece. De acuerdo a la semiología, el cleptómano obedece a un impulso de quedarse con lo no propio y hasta tiene adicción a ello, no porque lo necesite sino porque carece de la sensibilidad del otro como igual. Para la mentalidad de la época, los habitantes del hermoso archipiélago solo eran piezas para el juego político y comercial, los chinos fueron mencionados como objetos de valor y de cambio en la medida que sirvieran a sus necesidades y las clases altas fueron cómplices de los grandes negocios, o empleadores para su conveniencia de los expatriados europeos (muy parecido a la realidad latinoamericana).

Que una inglesa, profesora de piano, sea la protagonista de una historia donde el escenario es esta alhaja geográfica desmembrada y violentada, que por impulsos del poder pretende ser tomada en propiedad por un agente impetuoso, no es nada gratuito.

El arte y sus representaciones, especialmente las musicales, van a convertirse en ángeles catalizadores. Los  maestros o productores de arte  son siempre la excepción  a las ortodoxas miradas sociológicas y económicas sobre los conflictos o la válvula que confirma la regla.
J. Lee, esgrime el personaje de Clarice para hacer esta construcción husserliana de indagación en el pensamiento colonialista británico durante la ocupación japonesa en Hong Kong.

Utilizando como marco el contexto e intercambio socio cultural desde distintas perspectivas de afectividad femenina, La maestra de piano resulta un objeto complejo que se irá “depurando” a medida que Janice expone ideas claves en la interacción y diversidad de los personajes. Colonialismo inglés, racismo, ética, sociología de subordinación, belicismo, psicología, imperialismo japonés, machismo, servilismo (aquí se podría hacer un estudio de género suculento; Janice egresada de Harvard, maneja esos recursos con gran habilidad, su locución con la intimidad y búsqueda de espacio es realmente genial).

Cada personaje principal en La Maestra de Piano, pasará por el filtro fenomenológico de Janice. En ese filtro, las capas de la mirada indignada, pero refinada, de la escritora irán saneando las  incongruencias violentadas por los intereses comerciales de los británicos y purgando la ambición japonesa a medida que avanzan sobre el territorio; la guerra  se vuelve solo un mecanismo para entender el aparato psicológico humano en ese escenario difícil hasta esclarecerlo casi como una pieza de piano que ha venido siendo afinada con mucho cuidado para desplegarse ante el público, cual trabajo ejercitado con disciplina y dedicación, para ser tocado ante un auditorio de lo más exigente, representado en el lector que maneja el sentimiento histórico de los chinos en aquellas circunstancias humillantes.

Trabajar con situaciones límite entre transgresión íntima, adulterio, hurto, en medio de una invasión militar, con figuras legales complejas como adopción, servidumbre, jerarquía empleadora/empleada, es de difícil arquitectura. La maestra de piano tiene personajes al borde del abismo, pero siempre manteniendo un guión que se sustenta en la misma escatología de su labilidad. La autora sabe que va a llevar al lector al fondo de la oscuridad debajo de las capas y capas que forman el pensamiento y la personalidad de sus caracteres. Allí, en el meollo de cada uno de quienes parecen un correctísimo caballero o dama hay una grieta, de esa grieta brotará esa melodía altamente sofisticada que atrapa por su elegancia y fineza en medio del Apocalipsis.

La fenomenología del arte en Clarice, la maestra de piano, es su instrumento de campaña, para extender su mirada feminista, estructurada cual filtro sentimental y analítico, sobre los vínculos entre Inglaterra y Hong Kong, la historia, el arte, la economía, incluso la gastronomía, con una respuesta esteticista y ética.

La autora convoca al cuerpo de las representaciones de carácter, de cada individuo y de todos en conjunto, de tal manera que uno puede ir construyendo como lector una organicidad biológica y luego territorial, hasta que la novela toma forma de ventana indiscreta, donde Janice pareciera llevar un limpiador y un desinfectante en cada mano, con el fin de hacer transparentes las oposiciones distintivas en las temperamentos abigarrados, contradictorios y tendenciosos de los intérpretes.

Vale hasta una doble lectura, porque hay muchas capas que ir despellejando hasta entrar en la dimensión profunda del redescubrimiento del espacio y el actor.

Tusanje 2018, Enero.

Lee, Janice J.K. La maestra de piano. Traducido del inglés por Gema Moral Bartolomé. Salamandra, 2010.

Fotografía de la autora hk-magazine.com


Janice Y. K. Lee es una escritora nacida y criada en Hong Kong de padres coreanos. Realizó sus estudios universitarios en Harvard y trabajó como editora en la revista Elle en Nueva York antes de dedicarse totalmente a la escritura. La maestra de piano suscitó gran interés internacional que culminó con la venta de derechos a 19 lenguas. En la actualidad Janice ha vuelto a vivir a su ciudad natal.

Sobre La maestra de piano (Salamandra, España, 2010). Casada con un funcionario destinado en Hong Kong, Claire Pendleton llega a la colonia británica con el entusiasmo y la ingenuidad propios de una joven dispuesta a descubrir un mundo diferente. Al poco tiempo, cuando una prominente y acaudalada familia china la contrata como maestra de piano de su pequeña hija, Claire se ve inmersa en la embriagadora vida social del lugar y, fascinada por un ambiente tan ajeno a sus orígenes, no tarda en relacionarse con Will Truesdale, un hombre enigmático cuyo carácter reservado oculta una historia que se remonta diez años atrás, durante la traumática invasión japonesa de la isla. Así pues, el pasado resurge en torno a figuras como Reggie Arbogast, un empresario inglés empeñado en cumplir una misión inconfesable, y, sobre todo, Trudy Liang, una belleza eurasiática cuya personalidad arrolladora e impulsiva centraba la atención del más selecto y hermético círculo social de la colonia (adjunto la reseña que hicieron en Editorial Salamandra para la contratapa y la publicidad  para la  venta del libro).

https://www.goodreads.com/book/show/4332082-the-piano-teacher

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