La república de las chispas, de Paul Baudry

La república de las chispas, de Paul Baudry

La república de las chispas, de Paul Baudry

La república de las chispas, primera novela del escritor y académico Paul Baudry, parece haber sido escrita sobre la base del número 3, número fundamental. 

Número sagrado, el 3 es relacionado con lo divino tanto en la mitología griega con el reparto del mundo entre Zeus, Poseidón y Hadés, como en las tradiciones religiosas cuya manifestación divina es triple.

Es indisociable de las 3 parkas tejiendo las etapas de vida de los hombres: nacimiento, vida y muerte, con su consiguiente concepto del tiempo: pasado, presente, futuro.

Es también propio de la construcción literaria tradicional con su planteamiento, nudo y desenlace y hasta de los cuentos de hadas en que el héroe tiene que pasar por 3 pruebas, escoger entre 3 caminos y solo dispone de 3 intentos para alcanzar su objetivo. 

Para los chinos, el 3 es un número perfecto, expresión de la conjunción del 1 y del 2, resultado de la unión del Cielo y de la Tierra.

Nada extraño, por lo tanto, que uno de los 3 protagonistas de La república de las chispas sea un artista chino, especializado en crear eventos pictóricos cuyo proceso pasa por 3 etapas: creación en el lienzo o el suelo, combustión hasta el cielo y muerte “cósmica”. 

El artista chino ficcional Zao Zu–Zhe es una suerte de alter ego del artista chino real, Cai Guo-Qiang, creador contemporáneo de un arte pirotécnico quien declaró respecto a su forma de arte:

“El arte es para mí un túnel del tiempo y del espacio. Me lleva entre lo real y lo irreal, entre lo visible y lo invisible, entre Oriente y Occidente […]”. 

Este concepto de Cai Guo-Qiang sobre lo real y lo irreal, entre Oriente y Occidente, el tiempo y el espacio, calza perfectamente con la novela dado que acompañan al artista otros dos personajes, también relacionados con el fuego:  

una periodista franco-peruana radicada en Lima, víctima de un incendio en su niñez y cuya especialidad de investigación son los incendios;  

un narrador también franco-peruano alter ego a su vez del autor, radicado en París y que, luego de padecer un accidente consecuencia de un incendio, regresa al Perú donde la periodista le encarga escribir su historia y la del chino.

Tres personajes, tres biografías que se desarrollan en tres continentes para juntarse al final frente a la bahía de Lima donde el artista chino ha sido invitado a realizar fuegos artificiales para el Bicentenario del 28 de Julio de 2021.

Debido a sus diversas procedencias, los tres personajes, dan una triple visión:  

La geográfica: Asia con el pintor, Europa con el Narrador y Latinoamérica con la periodista.

La Histórico-política: parte de la época de Mao con el pintor, de Velasco con la periodista y termina con la llegada del Narrador para el aniversario del Bicentenario: 28 julio 2021. 

Y la Social: 3 tipos de sociedades que ponen de manifiesto la fragilidad de las instituciones, el desprecio y la violencia ejercida en contra de las mujeres en cualquier espacio, pero también el arte, su papel en la sociedad y cómo este se puede desvirtuar cuando se pone al servicio de la política.

La carátula de La república de las chispas, con su cajita de fósforos cuyo logotipo de la llama da el tono de un permanente doble juego, y con sus tres fósforos en estado progresivo de carbonización, ilustra simbólicamente la reflexión de la novela sobre historia y política así como sobre el arte, en este caso, un arte pictórico pirotécnico, es decir efímero, que muere apenas creado.

Son también tres las razones que hacen que este libro resulte “llamativo”: su temática, su construcción y su escritura pues, si bien el fuego es el tema que une a los tres personajes, su originalidad consiste en que el autor trata dos tipos de fuegos: 

el de los incendios reales y de grandes proporciones que, en la última década, se produjeron en Lima con su saldo de víctimas mortales y destrucciones, como los de “Mesa Redonda, Larcomar, Las Malvinas, discoteca Utopía, Cantagallo, etc…

Y el de los fuegos metafóricos que nunca prendieron del todo, no agarraron bien, y se apagaron apenas prendidos, pero cuyas brasas chispean y vienen a ser la metáfora de ilusiones que han marcado 200 años de Historia política y que, de tanto repetirse, han ido erosionando las esperanzas individuales, el cuerpo social, las instituciones, y, mucho antes de la llegada de Sendero Luminoso, han convertido al Perú en una pradera siempre a punto de incendiarse, porque según reflexiones del narrador Ernesto Basoalto: “Los incendios, nuestros incendios, son ese momento en el que podemos leer nuestra precariedad colectiva resumida en un chispazo”; o también: “Tengo la impresión de que el Perú, desde la independencia, siempre ha sido un teatro en llamas”. 

En resumen, 200 años viviendo en ascuas en un país cuyos habitantes han hecho de la chispa verbal un arma por cierto original y no letal, pero que, como los memes, dura el breve tiempo de un título periodístico o de un mensaje en las redes. 

Para dar cuenta de este entramado espacio socio temporal, el autor ha ido alternando cronológicamente las biografías de los protagonistas, intercaladas con capítulos en que el narrador interviene para hablar de su propia historia y de la novela La república de las chispas que está escribiendo por encargo de la periodista. 

Novela dentro de la novela, con un narrador ficcional en la piel de un escritor real, transformación de recuerdos personales en hechos históricos, necesidad de aclarar parte de la narración, dudas respecto a cómo construir una trama cuando se carece de los detalles necesarios para que la ficción se convierta en una indispensable verdad de la mentira, el autor no escatima los desafíos literarios para construir una novela cuyo brillo no se debe al tema del fuego.  

El arte de contar de Paul Basoalto, o Ernesto Baudry, radica en su talento para traspapelar los roles, llevándonos al extremo de crear dudas respecto a lo que nos cuenta un narrador víctima en París de un incendio en que se quemó la tesis de Paul Baudry sobre Julio Ramón Ribeyro.  

Aferrado a su estilo ternario y deseoso de dar una visión “elocuente, cruda, auténtica” del Perú y contar tanto “lo bueno, lo malo y lo atorado” como lo “imaginable, posible y virtual” que se ha “producido, sucedido, acaecido”, el narrador declara que no sabe si considerar su libro como “biografía, crónica o novela”, y termina su novela sin aclarar lo que se esperaba de esa escritura por encomienda.

Llevada “tambour battant”, vale decir, a ritmo dinámico, La república de las chispas no le da tregua al lector. Tiene a su favor una variedad de discursos narrativos – pausas reflexivas de tipo metaliterario (o pascanas), narraciones, notas periodísticas, apuntes de bitácora, discursos pedagógicos- salpicados de todas las gamas posibles del humor.

En resumen, una primera novela que resulta ser una explosión narrativa renovadora en el panorama de la literatura peruana actual, tanto por la originalidad de su temática y de su construcción como por un estilo que atrapa al lector de principio a fin.

Baudry, Paul. La república de las chispas. Seix Barral, 2022.

Fotografía del autor: Dominique Souse


Paul Baudry es escritor peruano. Ha publicado el libro de cuentos El arte antiguo de la cetrería, finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez en el 2018 y Cuadernos de Obrajillo. La república de las chispas es su primera novela. Vive en París.

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