Carlos López Degregori (Perú 1952) es un insigne poeta y maestro universitario. Pertenece a la generación del 70. Ha publicado poemarios ejemplares como Lejos de todas partes, Un buen día, y otros nueve. El municipio de Lima ha recopilado sus mejores poemas en el volumen Herida de mi herida, (2022, Lima) bajo la serie Poesía peruana contemporánea. De este poemario, de descarga gratuita (descubrelima.pe), exploraré la fácil lectura y analizaré un poema.
Para iniciarnos en la lectura de Herida de mi herida, parto del significado. Curiosamente, hay clases de «herida»: Contusa, la producida por golpe; penetrante es la que llega al interior y punzante la causada con un arma. Pero, en términos médicos es una cavidad (o piel) dañada [Ref. RAE].
¿Cómo son las alusiones a heridas a nivel textual en el poemario? «una herida enorme de amor» (pág. 66), «te dejo un hoyo como un cuerpo» (pág. 73). Y podemos citar expresiones aisladas como «la cerradura era de sangre», o la voz onírica que punza «como aguja», y golpea estruendosamente tal «golpe de mar» con persistencia. Estos enunciados nos remiten visualmente a una abertura de piel u órgano.
En varios poemas aparece la constante que algo se sesgará o está abierto y necesita cerrarse con los pies, con la misma sangre o algún agente. De otro lado, el yo poético se manifiesta, en el poema «Dos madrastras», intercalando el plano subjetivo y el plano objetivo en Esta mañana vinieron a buscarme dos Madrastras. Llamaron a la puerta …: No tenemos donde ir, … Sabemos cocinar platos… de madrastras… Ustedes, … son mi error… y me arropan con … dedos llenos de agujas para […]. A partir de “sabemos” se enfatiza el plano subjetivo que produce heridas.
Ahora me ocuparé del poema «Como el más largo y solo camino». Este me fascinó desde que lo leí. Parto de que la buena literatura duele como lo dicen muchos críticos. Las evocaciones de dolor en este poema y en casi todos los compilados, según nuestra biblioteca cognitiva, nos evoca a Fernando Pessoa, los cuentos de Valeria Correa Fiz – por citar algo – o las transidas apreciaciones de Susan Sontag sobre el dolor…
El poema Como el más largo y solo camino presenta una equivocación «tengo dos corazones» que son manipulados: extendidos, mirados y volteados. Entonces, aparece el verbo «querer» mediante «quise ofrecerles aire y agua» y «quise besarlos». Ambos corazones son comparados en sus vueltas «como dos cajas» de contenido desconocido, o «como dos pájaros» a los que hay que extirparles «la espina» que los une, o «como dos imanes» completamente locos. Además, ante este periplo, cotejamos que los ofrecimientos de «aire y agua» perecen ante la ausencia de «boca».
En la segunda parte del poema, los corazones unidos «salieron por mi espalda», nótese la carga semántica (significado) de /expulsión/. Por tanto, se produce la /abertura/ mediante «abriendo la carne», para luego enfatizar la comparación en «como un remordimiento o una revocación», de donde deducimos marcas de /arrepentimiento/ y /anulación/. A continuación, vemos el tramo de «perderse abrazados» en dos paisajes: «niebla» y «charcos fosforescentes»; apreciemos /opacidad/ más /refulgir/, panoramas que impiden visualizar algo en su totalidad. Y, posteriormente, «los vi perderse abrazados». En esa ruta, los corazones «dejaban un reguero de sangre». El final «como el más largo y solo camino» está cargado del único /contenido/ posible: regar y/o dejar huellas de sangre.
Concluimos que es una formidable pieza poética, la cual puede estudiarse en talleres de poesía. Por lo reseñado, sería imperdonable aducir que éste u otros poemas no encajan en el canon, que no se parecen a nadie, a nadie de una generación o comparsa literaria. Es más, no hay motivo para compararlo. Si pensara en cotejarlo o establecer una filiación forzada con su generación, tendría que triturar mi empolvado título, el sumiso intelecto con el que disfruto imágenes visuales y sonoras, y enroscaría mi identidad al intentar destituir la suya. Elevo la poesía única de Carlos López Degregori. Me adelanto a la fiesta por sus 70 años, para que cualquiera pueda leer al maestro, al gran poeta.
López Degregori, Carlos. Herida de mi herida, Municipalidad de Lima, 2022.
Carlos López Degregori (Lima, 1952), escritor y poeta peruano. Ha publicado numerosos poemarios como Una casa en la sombra, Aquí descansa nadie, Flama y respiración. Cielo forzado le valió el reconocimiento como uno de los poetas más interesantes de los ochenta. Ha recibido premios y reconocimientos a su trabajo.