El sonido de las olas de Margarita García Robayo
El sonido de las olas, reúne tres novelas cortas de la escritora colombiana afincada en Argentina Margarita García Robayo: dos de ellas – Hasta que pase un huracán y Lo que no aprendí – publicadas años atrás, y Educación sexual, un folletín adolescente, inédita.
En estas tres novelas acompañamos a tres narradoras protagonistas que nos cuentan en primera persona etapas de su vida. Es la vida de mujeres jóvenes o muy jóvenes en Colombia, que transcurre en ciudades costeras, en familias de clase media y tiene por gran tema común el aprendizaje, la entrada en la vida adulta. Todo ello aparece alimentado por otros temas y motivos que se dibujan de manera frontal o incluso lateral como la familia, el descubrimiento de la sexualidad, la violencia, la insatisfacción o la mentira.
Una de las primeras cuestiones que nos interpelan de este libro es el funcionamiento del núcleo familiar. Entramos en familias marcadas por la dureza y la desconfianza. La familia no es un espacio seguro ni un refugio, tampoco un espacio sereno de aprendizaje positivo de la vida adulta. La familia nos es presentada como un espacio del que solo se desea huir.
Aunque estas historias no estén teñidas de la crudeza que podemos encontrar en autoras como María Fernanda Ampuero o Mónica Ojeda, encontramos en estas novelas la sensación de un mundo hostil para las mujeres, peligroso, donde las protagonistas deben endurecerse para sobrellevarlo.
Las relaciones entre las mujeres son particularmente tensas, marcadas por la rivalidad. Provoca citar una de las palabras más conectadas en el imaginario común con la literatura colombiana : la soledad. Las protagonistas deben, en efecto, lidiar con una gran soledad. Tanto en la niñez, como en la adolescencia y en la madurez, la soledad y la incomunicación caracterizan sus relaciones, así como el silencio sobre las cuestiones que importan, sobre sus interrogantes acerca de la vida. En una época en la que se exalta la sororidad de manera incluso comercial, resulta interesante que en estas novelas aparezca también el camino inverso.
La autora le confiere particular importancia a la voz narrativa. El haber elegido contar estas historias en primera persona nos permite acceder de inmediato a la subjetividad de las protagonistas y sin embargo hay un efecto curioso, porque esta observación minuciosa de un día a día que ellas comparten con los lectores, nos mantiene en una suerte de « antesala de lo íntimo ».
Aunque estamos presentes junto a ellas en todo lo que les sucede, su espacio emocional nos está vedado.
La narración es factual, la mirada es lúcida, explícita, incluso cruel y a través de ella suponemos o imaginamos cuál puede ser en ellas el impacto de los eventos que les sobrevienen, porque las protagonistas no lo desvelan. Esa es una tarea que la lectura nos deja a cada una y uno.
La autora evita la jerarquización narrativa: todos los hechos son narrados con igual importancia, tanto las cuestiones aparentemente nimias como los eventos más graves. Eso produce un efecto desestabilizador, pues nos saca de una lectura en la que podemos sentirnos en control de la emoción que nos produce el texto. A medida que nuestra lectura avanza, quedamos a merced de lo que la protagonista nos irá contando, en una experiencia de lectura tensa, donde todo puede suceder.
Estas novelas dibujan una geografía: la de las ciudades costeras en Colombia, la vida en lugares cálidos, el trabajo, las ocupaciones y los pasatiempos de la gente; pero esta es también una geografía sensorial, pues recoge los sonidos, los olores, los colores, las bebidas y comidas, la música. La narración de estas novelas es igualmente sensual, pues este viaje a través de los sentidos incluye el placer del cuerpo.
Finalmente, otro de los aspectos que hay que resaltar en este libro es el estilo. Al optar por una narradora en primera persona, hay una inmersión en el habla colombiana. El lenguaje es rico: es musical, colorido. Las novelas se apoyan en los diálogos y probablemente también un idiolecto regional con el que nos familiarizamos rápidamente justamente por esa capacidad para evocadora del lenguaje que utiliza.
García Robayo, Margarita. El sonido de las olas. Alfaguara, 2021.
Margarita García Robayo es una de las jóvenes escritoras colombianas más interesantes hoy. Su novela Lo que no aprendí fue finalista del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana en el 2015. Su libro de relatos Cosas peores mereció el Premio Casa de las Américas 2014. Ha publicado tres novelas y 5 libros de cuentos.