Como si nos tuvieran miedo, de Juan Carlos Cortázar
En el contexto de un Perú en el que el feminicidio, el transfeminicidio y el travesticidio son noticias de cada día, Juan Carlos Cortázar nos presenta Como si nos tuvieran miedo (Animal de Invierno, 2020), novela que aborda los crímenes de odio perpetrados particularmente hacia la población LGBTQ+ peruana durante el conflicto armado interno (1980-2000).
Con un lenguaje fluido, adornado y de oraciones largas que nos recuerda al neobarroco de Pedro Lemebel y Reinaldo Arenas, Cortázar nos inserta en el barrio de Melgar para contarnos la historia de sororidad entre Angie y Miluska, dos travestis provincianas, dueñas de una peluquería en Lima, a donde han migrado, intentando huir de la violencia, la homofobia y la muerte. Como nos relata la novela, sin embargo, Angie y Miluska caerán en cuenta de que no se puede escapar a estas, pues pasarán por una serie de experiencias en las que sus vidas estarán en constante peligro.
La voz de une narradore omnisciente que es interrumpide por las voces y puntos de vista de Angie y Miluska, revisita la masacre de homosexuales, travestis y personas trans que miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), MARTA para Angie y Miluska, llevaran a cabo en Las Orquídeas, Tarapoto en 1989. Esto hace que Como si nos tuvieran miedo esté poblada de cuerpos abiertos, rotos, hinchados que dan cuenta de las acciones de ‘limpieza social’ o ‘cruzadas contra el vicio’ que este grupo practicaba y que tenían como meta restaurar la normalidad hegemónica rota por la existencia de estos disidentes sexuales y de género. Actos de violencia que, cabe recalcar, fueron percibidos con indiferencia por parte de la población civil, aprobando, muchas veces, dichos actos, por considerarlos como actos de ‘profilaxis moral.’ Sin caer plenamente en la oscuridad de los años del conflicto armado interno, manchados de sangre y muerte por estos crímenes de odio que, cabe recalcar, han sido excluidos de la narrativa oficial y literaria peruana pertinente al conflicto, Como si nos tuvieran miedo presenta al cuerpo homosexual, travesti y trans como un cuerpo hermoso, que goza y que vuela por los aires, elevándose para emprender un mate en los partidos de vóley que la novela relata. Así, el cuerpo homosexual, travesti y trans no es sólo un cuerpo herido y humillado, aunque sí acosado sexualmente y agredido por insultos como “cabro! o ¡puta! o ¡traca concha tu madre!” (81).
Angie, una romántica y emprendedora joven que ha abandonado su ciudad natal por miedo a ser asesinada debido a su expresión sexual y de género, y Miluska, una ex militante de Sendero Luminoso que desertó porque sus miembros ajusticiaban a los disidentes sexuales y de género como ella, logran sobrevivir a sus miedos, insultos y violencias a través de su amistad. Una amistad que se potencia en solidaridad para con las otras mujeres que habitan su barrio, como la señora que vende el periódico y a quien Miluska acompaña a protestar al Congreso por la matanza ilegal llevada a cabo en la prisión de Canto Grande. La amistad y la solidaridad son temas centrales para la novela y el autor, como se deja adivinar desde la dedicatoria, a “eses amigues que ya no están,” expresada por Cortázar, en un lenguaje inclusivo, que borra el binario de género y que se extiende desde esta dedicatoria al resto de la novela.
Con todo esto, caemos en cuenta que Como si nos tuvieran miedo coloca a dos travestis pobres, provincianes e indígenes en el centro de la narración, sumándose, así, a los pocos textos literarios peruanos y latinoamericanos que han tenido el mismo gesto. Tal es el caso de El lugar sin límites (1966), de José Donoso, libro al que Cortázar hace mención en las primeras páginas de su novela y cuya importancia radica, justamente, en haber sido el primer texto literario latinoamericano en colocar a una travesti, La Manuela, como protagonista. De esta manera, Como si nos tuvieran miedo dialoga y revisita la tradición literaria LGTBQ+ latinoamericana, haciendo mención a un texto que no ha sido lo suficientemente valorado y a un autor como Donoso quien recibiera una posición marginal, casi excluyente, dentro de lo que se denominó el Boom Latinoamericano.
Así, una de las grandes bondades de la novela de Cortázar, además de su estupendo manejo del lenguaje y la intriga, radica en abordar una serie de voces y temáticas que no suelen estar en los archivos canónicos de la literatura peruana y latinoamericana. Insisto, así, en señalar que en los diferentes textos literarios que se han escrito sobre el conflicto armado interno peruano, la violencia experimentada por las personas LGTBQ+ durante dicho conflicto ha sido por lo general un tema no abordado. Entre los pocos textos que se han ocupado de esto, figuran Museo Travesti del Perú (2008) de Giuseppe Campuzano y La sangre de la aurora (2013) de Claudia Salazar. Menciono esto no con un afán de imponerle un deber a la literatura peruana, sino para recalcar el importante gesto de Cortázar, al ser uno de los pocos autores peruanos a quienes les ha interesado desestabilizar la memoria heterosexual que se ha producido ya no solo en torno al conflicto armado, sino también en torno a la violencia política y estatal contra la población LGBTQ+ durante los años 80s y 90s.
Cortázar, Juan Carlos. Como si nos tuvieran miedo. Animal de invierno, 2021.
Juan Carlos Cortázar (Lima, 1964) es escritor y sociólogo. Ha publicado las novelas Tantos angelitos (2012), Cuando los hijos duermen (2016) y los libros de cuentos Animales peligrosos (2014), La embriaguez de Noé (2016) y El inmenso desvío (2018).