Los eunucos inmortales, de Oswaldo Reynoso

Los eunucos inmortales, de Oswaldo Reynoso

Leer y releer Los eunucos inmortales

Tengo en mi biblioteca una joya que muchos me envidian: Los eunucos inmortales. Este texto hoy casi imposible de encontrar, me lo consiguió de segunda mano, hace ya algunos años, un amigo librero de Miraflores, Benjamín Corzo, buen conocedor de las redes subterráneas por las cuales transitan los libros peruanos inaccesibles u olvidados. Así pude sumergirme de nuevo en la lengua y el estilo reynosianos. Poeta y novelista peruano, autor de Los (inmortales también) inocentes (1961) y de varios libros sobre la juventud limeña, Oswaldo Reynoso (1931-2016) trabajó durante 12 años (desde 1977 hasta 1989) en la agencia de informaciones Xinhua en Pekín (China). Los eunucos inmortales se nutre de esta experiencia china poniendo en escena a un traductor peruano (el alter ego de Oswaldo Reynoso), contratado por una agencia de informaciones y testigo a pesar suyo de los acontecimientos de la Plaza Tiananmen. Esta crónica de una revolución fracasada (que se extiende desde el 12 de mayo hasta el 10 de junio 1989) permite ver la revuelta desde una perspectiva intimista. Un zoom constante no deja de acercarse a los amigos y conocidos del narrador para luego volver a la Historia que se desarrolla alrededor de la plaza hoy mítica.

Los eunucos inmortales

«¡Cuídate de los nuevos poderosos!»

Semejante epígrafe, préstamo del gran poeta peruano César Vallejo, da de entrada el tono. De una China abigarrada, curiosa, compleja, descrita con agudeza, se desprende un ambiente pesado, sombrío, reductor. ¿Por qué motivo?… Los eunucos inmortales. Aquellos mismos que, bajo numerosas dinastías, han hecho y deshecho a los emperadores y cuyo poder se encarna, en la época pintada en el libro, en Deng Xiaoping. Dos preguntas cruzan el libro: Zhao Ziyang, secretario general del partido, sensible al espíritu patriótico de los estudiantes, a favor de la reforma y en contra de la corrupción ¿vencerá o no a Deng Xiaoping y su política represiva? ¿Qué le ocurrirá al amigo tan querido, Xiao Liang, estudiante huelguista asentado en la plaza Tiananmen?

Una novela engastada de conversaciones

El narrador, recuperándose tras una operación del cáncer del estómago, está recluido en el Hostal de la Amistad, donde los periodistas y traductores extranjeros se encontraban aislados por los dirigentes chinos. Esta figura de viejo león bonachón toma el pulso de la revolución mediante sus visitantes, la mayoría jóvenes, como en muchos textos de Reynoso. Así, los relatos de unos y otros, los recuerdos, las confesiones, los monólogos del narrador, constituyen la verdadera trama de la novela (de un género híbrido, es cierto, a mitad de camino entre la novela y el relato). Más allá de los amigos cercanos, finos conocedores de la lengua y de la literatura chinas (Coco por ejemplo, estudiante peruano e intérprete del autor, acompañado por su querida Katrine; el estudiante brillante Xiao Liang), varias personalidades se dibujan: expatriados extraviados, chinos esbirros del régimen (soplones, empleados de los servicios de inteligencia, censores) o víctimas (Liu, culpable por haber traducido obras llamadas «pornográficas» cuyos autores no son más que Hemingway, Wilde o Poe). Este tejido de conversaciones está entrecortado de retransmisiones televisivas (es de notar la potente aparición de Wuer Kaixi, líder del movimiento estudiantil. Huelguista de hambre, filmado bajo perfusión, se niega a obedecer a los altos dirigentes del Partido y del gobierno) e incursiones rocambolescas del narrador en la plaza Tiananmen. Debilitado por su enfermedad, éste es subido por sus amigos estudiantes al tejado de un bici-taxi. Transportado de ese modo por Pekín puede juzgar de la amplitud de la manifestación y participar en ella sin cansarse. El ambiente festivo del cual la novela se hace también eco, ha sido hoy borrado completamente de nuestras memorias para dar lugar al final trágico de los sucesos. El estado de sitio es decretado y la población se reagrupa en torno a los tanques. Las abuelas reparten caramelos entre los soldados. Se producen conversaciones entre estudiantes y soldados. La crónica de esta primavera china se termina justo en este momento, la víspera de los acontecimientos sangrientos. Luego lo indecible, lo impensable, es restituido a través de una elipsis (el diario se vuelve mudo entre el 22 de mayo y el 10 de junio de 1989). En las últimas páginas del libro, en un epílogo bautizado «coda», el narrador se entera por carta de la muerte de su amigo Liang (a quien el libro está dedicado), aplastado por los tanques.

El sentimiento de China

Mediante una prosa poética que ensalza los cuerpos, los caracteres, la ropa y las prácticas culinarias, Oswaldo Reynoso resuscita la Historia. Abundan los detalles sobre la comida, las mezclas vitaminadas (a base de extractos de pene de perro, de mono o de toro). Frases y onomatopeyas chinas, consideraciones sobre la cultura de la China milenaria, la sabiduría, el erotismo hilvanan todo el texto…
La ciudad, como teatro de los sucesos, está también omnipresente. Los excesos del régimen totalitario parecen inscribirse plenamente en ella. Con sus avenidas de 120 metros de anchura, su plaza de 40 hectáreas (con su millón de huelguistas) y sus monumentos gigantescos, Pekín encarna la urbe tentacular (el Hostal de la Amistad es un islote de expatriados), sobredimensionada, desdibujada por movimientos humanos incesantes.

Felicidades furtivas y desencantos. Este relato en medios tonos con toques de humor constituye un testimonio relevante y original sobre los acontecimientos de la plaza Tiananmen. Los numerosos intercambios, las anécdotas curiosas y chistosas, contrarrestan la mirada desilusionada del narrador sobre el libre mercado socialista y el cinismo del régimen totalitario. Novela de una revolución fracasada y de una juventud asesinada, Los eunucos inmortales no deja por otro lado de cuestionar la ideología, la felicidad, la verdad, la enfermedad… Hundido en esta marea china y sus convulsiones, el autor interroga el sentido de la existencia y nos brinda una visión a la vez entrañable, compleja e inolvidable de la Historia.

Reynoso, Oswaldo. Los eunucos inmortales. Peisa, Lima, 1995, 252 pp.

Foto del autor: @imago Zuma Press.


Oswaldo Reynoso (Arequipa, 1931 – Lima 2016) es uno de los escritores peruanos contemporáneos más importantes. Novelista y cuentista, es el autor del brillante conjunto de relatos Los inocentes (1961) y las novelas En octubre no hay milagros (1965), El escarabajo y el hombre (1970) y Los eunucos inmortales (1995) entre otras. 

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One thought on “Los eunucos inmortales, de Oswaldo Reynoso

  1. Alex Alfredo Campaña Martino

    Los Eunucos Inmortales, es la insttospección más cercana que tenemos cada uno de nuestra propia concepción. Y esa concepción, es la mejor forma como abrigamos nuestro pensamiento. Muchas veces sudyugados por el, y otras; totalmente desilisionados.
    Oswaldo Reynoso, en esta memorable obra literaría, descubre por completo, el instinto humano y su decadencia, enterrando por completo toda ideología.

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