Maldita tesis, de Tiphaine Rivière

Maldita tesis, de Tiphaine Rivière


Maldita tesis
es una novela gráfica que cuenta la historia de Jeanne Dargan, una profesora de 27 años, que decide arrancar un doctorado de filología sobre la imagen del laberinto en la obra de Kafka. Lo que debía ser una entrada en el universo del saber y de los intelectuales, se vuelve un verdadero vía crucis. Sin financiamiento y sin mayor apoyo de su universidad, Jeanne tendrá que enfrentar una serie de obstáculos que van del poco interés y acompañamiento que le brinda su asesor de tesis, hasta la incomprensión de su entorno familiar frente a su ocupación. La novela se presenta así como una odisea que debe atravesar la heroína y que le irá consumiendo toda su energía vital. Testimonio de ello son las fotografías que se toma cada año –en los cinco que le tomará acabar su tesis– al momento de matricularse.Maldita tesis

Tiphaine Rivière describe muy bien el mundo académico. Ella misma estuvo inscrita en tesis durante tres años y trabajó como administrativa en su universidad. Las peripecias de la protagonista, presentadas tras el prisma del humor, permiten una lectura ágil y entretenida aunque siempre con cierta distancia crítica. Así por ejemplo, la relación entre el asesor de tesis, Alexandre Karpov, y su doctoranda, es particularmente interesante. Muestra una dependencia que va más allá de lo académico y que siempre es de orden emocional. Karpov es un hombre egocéntrico, preocupado solo por su carrera y su prestigio académico. Los doctorandos –y principalmente las doctorandas– son utilizadas para ayudarle en su trabajo y acentuar su posición de poder. Jeanne en cambio se siente más que intimidada frente a él y eso hace que la comunicación se haga muy difícil entre ellos. En vez de recibir el apoyo necesario para sacar adelante su tesis, la relación de transferencia y dependencia psicológicas, la llevan a una suerte de neurosis que se repercute en los demás aspectos de su vida. Todos aquellos que han pasado por la universidad pueden reconocerse en esta forma de relación de dependencia. Los caracteres exagerados de Karpov le sirven a la autora para mostrar las derivas del sistema universitario actual.

El trabajo del investigador también recibe un tratamiento crítico bastante sugerente. Prueba de ello son las escenas dedicadas a la participación de Jeanne Dargan en su primer congreso académico. Resaltan aquí la soledad de la estudiante en un mundo de universitarios educados y brillantes pero totalmente centrados en ellos mismos. De manera acertada, Tiphaine Rivière emplea dos imágenes para describir los sentimientos de su heroína, una carrera de natación en una piscina y una batalla contra hordas bárbaras. El mundo de la academia aparece en ese sentido como un espacio donde reina el egoísmo, la competencia y la soledad de sus actores.

Una de las escenas más hilarantes de la novela es la descripción de la oficina universitaria regida por Brigitte Claude cuyo desafío en la vida parece ser cómo trabajar lo mínimo posible. Nunca contesta al teléfono y cuando recibe a los estudiantes, termina abrumándolos por su falta de entusiasmo y de colaboración para resolver los problemas administrativos que los aquejan.supermercado

Las diversas peripecias que Tiphaine Rivière hace vivir a su heroína afectan finalmente su vida personal. Dado que está únicamente concentrada en su trabajo de tesis, Jeanne se va a ir alejando de su novio y de su familia que no entienden ni qué investiga ni por qué lo hace. La autora describe de manera precisa el agotamiento físico e intelectual del doctorando. Sin duda alguna, la fuerza de la novela radica en la descripción, a través de su heroína, de un grupo social compuesto de jóvenes con alto grado de preparación universitaria y que sin embargo vive en situación de precariedad económica y social.

Por último, la novela describe un medio muy particular, el de la academia parisina. Desde la portada el lector sabe que la historia se sitúa en el Barrio Latino al reconocer la Plaza de la Sorbona. La autora conduce así al lector por los anfiteatros de la prestigiosa universidad, la capilla Santa Ursula y hasta la oficina de la Escuela Doctoral. Pero también figuran otros espacios emblemáticos de los académicos parisinos como la Biblioteca François Mitterrand y su planta baja con jardín, dedicada a los investigadores.

Se trata, en suma, de una novela gráfica que sin aspirar a revolucionar el género, procura un entretenimiento grato y ameno y que permite además descubrir un universo poco tratado en la literatura.

Tiphaine Rivière, Madita tesis, Ediciones Grijalbo, 2016.


Tiphaine Rivière, francesa, fue doctorante en La Sorbona antes de dedicarse plenamente a la novela gráfica. Su blog Le bureau 14 de La Sorbonne recoge sus trabajos.

Foto de la autora: E. Marchadour

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