Americanah es una novela decididamente moderna. La autora, joven nigeriana, reúne en esta obra problemáticas y una escritura muy contemporáneas. A través de los ojos de una africana radicada en Estados Unidos, Chimamanda Ngozi Adichie explora los temas del exilio, del desarraigo, de la negritud y de las identidades plurales. La escritura ágil y contundente se despliega en pasajes cortos donde la autora combina prosa, diálogos y entradas de blog.
La obra se centra en la historia de Ifemelu, una nigeriana de clase media que emigra a Filadelfia para seguir sus estudios, dejando tras ella a su gran amor, Obinze, que espera darle el alcance a la brevedad posible. Sin embargo, el proyecto de la joven pareja no llega a concretarse. Mientras Ifemelu va adaptándose, no sin peripecias, a la sociedad norteamericana, Obinze termina instalándose en Londres. A partir de ahí, el hilo conductor de la novela serán los vínculos que, a pesar del tiempo y la distancia, siguen uniendo a los dos nigerianos.
Americanah combina temporalidades distintas que funcionan como un juego de espejos donde el lector ve reflejadas escenas del pasado de los protagonistas que le permiten entender mejor las acciones del presente. La novela se abre con la preparación del viaje de retorno de Ifemelu a su país natal, luego de haber pasado quince años en Estados Unidos. Concluye cuando la protagonista se vuelve a instalar en Lagos, con una nueva identidad, la de “americanah”, nombre dado en Nigeria a los hijos pródigos que retornan al país luego de haber pasado una temporada en Estados Unidos. Las idas y venidas en la historia de Ifemelu y sus compañeros.as nigeniano.as le dan profundidad a los personajes principales y descentran la novela del género de la literatura de la migración. De hecho, si bien la obra evoca las dificultades materiales y las secuelas sicológicas del exilio, Chimamanda Ngozi Adichie no se detiene en esa temática. Por el contrario, la autora tiende a exaltar la capacidad de adaptación y agencia de los inmigrantes. Obinze se desenvuelve muy bien en Londres e Ifemelu se convierte en una bloguera con una popularidad creciente en Estados Unidos. Su blog, titulado «Raza o Diversas observaciones acerca de los negros estadounidenses (antes denigrados con otra clase de apelativos) a cargo de una negra no estadounidense», se caracteriza por tratar abiertamente de temas relativos a la racialización de la sociedad estadounidense y sus consecuencias, que si bien no son políticamente correctos, interesan sobremanera a un público heteróclito y cada vez mayor. La autora hace de su protagonista una inmigrante crítica y lúcida de la realidad estadounidense, que derrumba la idea de la superioridad cultural americana y se alza en contra de una mirada miserabilista de Africa. A un cierto estancamiento cultural americano se opone la vitalidad nigeriana encarnada en sus personajes principales.
Gran parte de la novela se desarrolla en un salón de belleza donde Ifemelu espera que las peluqueras le trencen el cabello. El pelo ocupa un papel central en la obra de Chimamanda Ngozi Adichie y funciona como una metáfora de la racialización de las mujeres afro. En Estados Unidos, Ifemelu descubre que es negra y cómo el racismo es estructural en la sociedad norteamericana. A medida que toma consciencia de su condición de mujer racializada, la reflexión sobre la cabellera de las mujeres afro toma un perfil cada vez más político. Ifemelu entiende el significado de lo que en el espacio latinoamericano se conoce como “pelo malo”, es decir el desprecio del pelo crespo y la imposibilidad para las mujeres afro de dejarse el cabello natural. Imponerse lisados y otras operaciones largas y costosas al cabello son formas de disciplinamiento del cuerpo femenino que la protagonista va cuestionando. Así por ejemplo, en una entrada de su blog, Ifemelu hace un llamado a Michelle Obama y Beyoncé para que se muestren públicamente con sus cabellos crespos y abrir así la posibilidad de emancipación las mujeres afro.
Mientras que la mirada de Chimamanda Ngozi Adichie sobre los Estados Unidos es cáustica y perspicaz, la de su país de origen y sus élites parece mucho más indulgente y menos crítica. La obra hace abstracción de las tensiones sociales en Nigeria. La generación de Ifemelu y Obinze no se cuestiona por el impacto de la globalización en una ciudad como Lagos que pasó de 4 a 23 millones de habitantes entre 1980 y 2015. Americanah se concentra únicamente en las clases medias exitosas de un país emergente que no conocen ni la pobreza ni el racismo en su propio país. El lector puede entonces sentir una leve frustración al no encontrar matices ni imperfecciones en la representación nigeriana. Esta carencia no le quita sin embargo interés a esta novela tan original.
El éxito de Americanah deriva de la multiplicidad de los temas tratados y de los niveles de lectura propuestos por su autora. De manera global, la novela adopta un corte formal que sigue las convenciones del género. Paralelamente integra otro nivel, más libre y ligero, que moviliza de manera acertada el humor, así como la escritura ágil y refrescante de los diálogos y las entradas de blog. Es además una gran novela de amor de tiempos de la globalización y de las identidades plurales, que nos deja una visión optimista de la realidad africana, lo cual no es muy frecuente. Se trata por ende de una lectura muy recomendable para aquello.a.s que quieran pasar un momento agradable sin perder la oportunidad de aprender mucho y plantearse cuestiones de actualidad política y social.
Ngozi Adichie, Chimamanda. Americanah. Trad. de Carlos Milla Soler. Barcelona: Literatura Random House, 2016, 608 pág.
Chimamanda Ngozi Adichie, (Nigeria, 1977) es novelista y dramaturga. Ha publicado las novelas La flor púrpura (2004), Medio sol amarillo (2007), y Americanah (2014), así como los cuentos The Algo alrededor de tu cuello (2010) y el corto ensayo Todos deberíamos ser feministas (2015). Ha merecido numerosos premios, como el Premio Orange de Ficción y el Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro.