Un Mundo para Julius, de Rossana Díaz Costa
La esperada adaptación cinematográfica de la novela de Alfredo Bryce Echenique, llega de la mano de Rossana Díaz Costa, una directora que ya en su primera película, Viaje a Tombuctú (2013), mostraba su interés por el mundo de la infancia y que con esta cinta profundiza en esta exploración.
El filme, que está dividido en tres partes y que apela a una voz en off en algunos instantes, nos introduce en vida del pequeño Julius en la casona familiar, un espacio que contiene dos mundos diferentes: el de la vieja oligarquía a la que pertenece la familia de Julius y el de los sirvientes. En este sentido, es un acierto cómo la película presenta esa coexistencia: por un lado, una hermosa y bien cuidada mansión habitada por los dueños de la misma; y por otro, un lugar deteriorado, sin pintar y de escaleras con barandillas oxidadas, poblado por los sirvientes (más numerosos que sus patrones), al que los niños de la casa solo acceden en ciertas ocasiones y que nunca se muestra a los invitados. La historia se abre después a las geografías del colegio, la casa de los Lastarria o el Country Club, en los cuales se repite la dinámica del racismo, exclusión, machismo e injusticia, con escenarios muy bien escogidos (el patio del colegio Guadalupe, en reemplazo del Markham, nos remite más directamente a la arquitectura de la década de los cincuentas), un cuidado vestuario y una excelente ambientación de época.
La elección de los actores es clave, y más cuando se trata de una adaptación literaria, Rossana Díaz acierta en este aspecto, en el que destacan las actuaciones de Augusto Linares (Julius), Mayella Lloclla (Vilma) y Fiorella de Ferrari (Susan). Linares, cuya apariencia y gestos, sintonizan muy bien con la fragilidad, timidez y sensibilidad del protagonista de la novela, brinda un papel protagónico que sobresale por su naturalidad y calidez. Lloclla, por su parte, logra componer un personaje amoroso y protector, también muy cercano al descrito en el libro y lo mismo ocurre con de Ferrari.
La película, que abarca los principales acontecimientos descritos en el libro desde la mirada cómplice de una directora que con este filme alcanza la madurez, es una invitación a releer a un Bryce cuyas historias siguen vigentes y que, a nuestro modo de ver, entregó lo mejor de su literatura con Huerto Cerrado y Un Mundo para Julius.
Un Mundo para Julius, 2021, 1h44m. Directora Rossana Díaz Costa, adaptación de la novela de Alfredo Bryce Echenique.